Este es el dicho popular que se emplea cuando el agricultor se asoma a sus olivos y ve las pequeñas y verdes aceitunas surgidas de los botones florales. Una aceituna por este día de San Juan supone para la Navidad muchos kliogramos por recoger ,y mucho aceite que cobrar. De esta forma el agricultor se alegra ,ve futuro en este año y para su familia ,pero los años de sufrida vida en el campo le hacen ser algo cauto, sabe que unos minutos de pedrisco, heladas o sequías pueden suponer no solamente la ausencia de beneficio sino la pérdida del dinero y recursos dedicados en el cultivo de sus árboles.
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