Vivencias en el subbético .El encinar, primera parte.

martes, 8 de diciembre de 2009



Una fina y débil lluvia estuvo cayendo durante toda la mañana. A medida que avanzo por el umbrío encinar la húmeda hojarasca se va hundiendo tras mis pasos, musgos henchidos se extiende sobre las rocas y troncos, y los arbustos aún cargados de agua me empapan hasta las rodillas. Brillantes y lustrosas bellotas recién caídas que salpican el suelo invitan a echarme una a la boca, hincar el diente y comprobar su amargor. Pero el ambiente impregna placenteros aromas a romero, tierra mojada, madera podrida y el fúngico olor de las primeras setas.
Unas currucas, mosquitero y petirrojo revoletean sigilosamente entre el denso ramaje, salgo del bosquete y me encuentro en un claro,
entre viejos olivos, donde la verde hierba comienza a cubrir el seco pasto. El zumbido de unas palomas que acaban de entrar al encinar interrumpe el silencio. Me dirijo hacia la loma del cerro, pesadas y grises nubes aún recorren el cielo, y en esas que un zorzal con su breve silbido pasa delante de mí perdiéndose entre los árboles del protector bosque.

En lo alto ya se aprecia el sol a punto de ponerse, las nubes se van retirando y el frío cada vez más notorio barrunta la primera helada del año. La vieja y solitaria encina junto al cortijo en ruinas permanece como testigo de cuantas vivencias tuvieron entre esas paredes y su alrededor. Allí, sentado en la era abandonada ahora invadida por el pastizal ,el encinar queda a mis pies, todavía se aprecian la silueta de olivos y la sierra en el horizonte, se escuchan lejanos ladridos de perros que se ven interrumpidos por el canto de un mochuelo, entonces me invade una extraña sensación de tranquilidad y melancolía.

4 COMENTARIOS:

  • J.Joaquín Santos

    Hola Bibiano!!

    Felicidades por esta descripción tan magnífica!!
    Por unos momentos me encontraba allí contigo!!
    Yo también vivo muchos momentos parecidos, y en esos escenarios me siento como te tienes que sentir tu; un privilegiado...

    Un saludo...

  • Bibiano Montes

    Hola Kini ! , me alegra que te haya gustado mi relato. Es una maravilla todo lo que podemos contemplar y vivir en lugar tan común como un fragmento de encinar isla entre olivos. Es una pena el ver nuestros auténticos bosque tan reducidos y masacrados pero también una suerte el contemplar lo que nos queda.
    Un abrazo!!,

  • ... el bosque se va apagando como la sutil luz de un cándil , ante los imperterritos ojos de nuestra "avanzada civilización", no te parece Bibiano ?

    saludos antonio silvestre

  • Bibiano Montes

    efectivamente silvestre nos estamos "cepillando" ese bosque ,pues el olivar lo ha invadido en pocos años. y lo que queda de ese bosque mediterráneo original , mejor irse a marruecos para verlo ,aunque por allí también han aprendido a llevárselo por delante y actualmente están en ello,..
    saludos,

    un saludo,

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