Como viene siendo costumbre , un día de regreso hacia Priego y con algo de tiempo, cuando ascendía por el mojón me desvié hacia la Sierra de Cabra y la Nava. Solamente con el simple objetivo de echar un vistazo por el entorno, a contemplar la panorámica y observar como va esa flora subbética. Abajo en el pueblo un día frío pero despejado , pero a medida que ascendía la niebla se fue espesando. Como la temperatura tampoco era muy agradable, los dígitos del termómetro de mi coche ,bajo cero y no dejaban de temblar, no abandoné el cálido coche y continué subiendo hasta la ermita.
Al bajarme , el paisaje resultaba sobrecogedor, una densa niebla que dejaba ver a escasos metros los árboles y arbustos cubiertos masivamente de hielo y un suelo quebradizo por el cesped congelado. Poco a poco el gris de la niebla se disipó dejando un cielo azul , pero el viento del norte que no cesaba de soplar intensamente me invitó a bajar en búsqueda del calentito y reconfortante "cafe con leche" de la Venta de los Pelaos.
Aunque esta helada mañanera problemente se haya repetido en estos días las imágenes corresponde al pasado mes de Diciembre
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