Vivencias en el Subbético :Capra hircus

martes, 11 de mayo de 2010

La semana pasada durante unas de esas salidas por Sierra Horconera, andaba yo husmeando por los alrededores del cortijo en ruinas de “La Higuera”, cuando tuve la ocurrencia de asomarme a su interior. Entre los escombros, cañizos de techo caídos y trozos de teja que sobresalían del manto polvoriento de estiércol y cagarrutas, inesperadamente me encuentro ante una escena un tanto surrealista: Allí se encontraba ella dentro de la alacena, Capra hircus, y erguida a dos patas, con un brillante pelaje negro que resaltaba su lucero y esos horrorosos pendientes amarillos que le colocaron. Ni se inmutó, solamente giró su cabecita mirándome con sus preciosos ojos azul cobalto, como el inocente niño que es sorprendido por el adulto cometiendo alguna de sus travesuras.



El aparentemente raro comportamiento de este animal es bien sencillo:

Resulta que en el yeso y argamasa de las paredes con las que construía los cortijos presentan como componentes algunas sales. Elementos imprescindibles en la dieta de animales rumiantes y herbívoros que el ganadero debería aportar. Por eso se encontraba allí, lamiendo las sucias paredes y tomando tranquilamente su dosis extra de sales ,en ese lugar que parece ser que frecuentaba y que no conocían la gran mayoría de compañeras de piara.

2 COMENTARIOS:

  • Jose Antonio Delgado Molina

    Cuando dices que nos podemos dar un "festival" todos juntos ¿te refieres a festival de cabra? ¿Cabra en qué formato? ¿Viva y removía, o en la sartén con vino y ajos?

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