Fuente del Conde y "El Remolino" del President

miércoles, 16 de junio de 2010

Bajo esas aguas venía al mundo hace unos 55 años el actual presidente de la Comunidad Autónoma de Cataluña, Don José Montilla . No, no es que el President sea un anfibio al que le ha tocado lidiar en las revueltas aguas del panorama político plurinacional, sino que en realidad, eso es el embalse de Iznájar y en ese lugar se encontraba la aldea de “El Remolino”, su lugar de nacimiento.



Un pequeño núcleo de blancas casitas asentado en el fértil valle del Genil rodeado de huertas, barbechos y olivares que quedaron cubiertos por las aguas. Ante la construcción del embalse sus habitantes tuvieron que abandonar el lugar, la familia Montilla también. Su padre al igual que muchos habitantes de la comarca trabajó en la construcción de la faraónica obra que en su día supuso una auténtica catástrofe ambiental y social. Así que el pequeño Montilla con once añitos dejó Iznájar para marcharse a vivir a Puente Genil, pueblo donde cursaría el Bachillerato y que también tuvo que abandonar posteriormente tras la construcción de otro embalse, el Cordobilla.


Algunos kilómetros más al Sur, en la zona más meridional de la provincia de Córdoba, en el límite con Granada y Málaga,se encuentra otra aldea iznajeña: Fuente del Conde . Conformada por un diseminado de blancas casitas y pequeños cortijos, de puertas y ventanucos pintados de verde primavera; asentados en la ladera norte de un monte donde afloran unos paredones de roca caliza. Rodeado de matorral mediterráneo y olivares, en el entorno manan las cristalinas aguas de numerosas fuentes que todavía riegan pequeñas huertas.
Esta pedanía no se vio directamente afectada por la construcción del embalse, pero si que sufrió las consecuencias de la emigración y la concentración de aldeanos y cortijeros hacia el núcleo urbano de Iznájar, quedando la aldea considerablemente despoblada.




Desde hace una década, una oleada de británicos procedentes de la cercana Costa del Sol comenzaron a llegar a la comarca, comprando los viejos cortijos y casas, restaurándolas y afortunadamente respetando su arquitectura popular. Cosa que también animó a los autóctonas, a quedarse en el pueblo y mantener su hogar.

Hace unas semanas catalogando fuentes y manantiales, pasaba yo por allí, caminaba por un estrecho camino entre olivos que me dirigía hacia una de esas coquetas casas situadas junto a una fuente y alberca. A medida que me acerco comienzo a escuchar como Jacqueline, una joven londinense, ensañaba al viejo Tomás, un octogenario del pueblo a pronunciar algunas palabras en inglés. Se ven interrumpidos por mi presencia, pido disculpas y ayuda, muy amablemente me documentan y colaboran en mi trabajo.
Me marcho dando las gracias y me despido de ellos con un “hasta luego” y un efusivo ” Goodbye” que me responde Tomás.

3 COMENTARIOS:

  • http://mgaleote.com

    Gracias a los ingleses, se ha conservado el patrimonio tradicional de nuestras aldeas iznajeñas y cordobesas. Los políticos de los últimos treinta años nos obligaron a emigrar. Nos tuvimos que ir, porque dejaron de circular los autobuses de línea regular, cerraron los pocos comercios, los bares y no se podía vivir allí. Se practicó una política de despoblamiento del medio rural, de abandono de la agricultura ecológica tradicional y de la emigración a la ciudad, en busca de un desarrollo industrial que nunca llegó. Hay miles de campesinos, especialistas en cultivos ecológicos, hacinados en los bloques de los suburbios urbanos de Málaga y de otras ciudades. Se mueren de tristeza en el olvido y en la marginación social. Somos muy pocos los que hemos logrado conservar una casa en la aldea y los que nos planteamos abandonar la ciudad para vivir en el entorno rural. Gracias a los ingleses, ahora hay habitantes en las aldeas. La electricidad, el teléfono, el agua de red, las carreteras y los vehículos todoterreno han convertido en un paraíso lo que siempre fue un verdadero oasis paradisíaco. Allí se trabajaba de sol a sol, no había dinero, pero la calidad de vida era aceptable.
    Los políticos de la transición nos vendieron humo y los andaluces fuimos votando.
    Así nos va a los iznajeños, a los cordobeses, a los andaluces y a los españoles...
    ¿Hacen falta más palabras?
    www.mgaleote.com

  • Bibiano Montes

    Hola,
    todo un placer el que un iznajeño como tu haya leído esta entrada.
    Estoy totalmente de acuerdo con lo que planteas, pero añadiría que esos ingleses todavía no llegaron a todas la aldeas. Más aún ,visto el panorama económico en España, algunos de ellos tal vez se planteen regresar a su país.
    Si que es una pena que se haya subvencionado el abandono de cultivos tradicionales,ganadería y con ello toda esa diversidad.Sin poder vivir de otra cosa que no sea el olivar subvencionado.
    No entiendo porque tenemos que dejar de producir cereales, leche..etc para importarlos de terceros países, no entiendo que en origen un kilogramo de carne o aceite ,valga lo mismo que hace 30 años. Acaso en el "super" ,¿ocurre lo mismo? . Se imagina que su nómina fuese la misma que la de hace tres décadas, ¿Podría vivir con el nivel de vida actual?...
    No entiendo porque a un amigo recién licenciado se presenta a una selección de un puesto de trabajo para el ayuntamiento de su pueblo y políticos le dicen que "eso" está ya "pillado" , que se valla fuera de Andalucía ,que hay más trabajo para titulados.
    Pues esa es la realidad de nuestros pueblos y aldeas.
    Si que sobran palabras.
    Un saludo,

  • Frasesfrescas

    Como decía la canción: "unos que vienen y otros que se van"...pero la vida no "sigue igual". No sigue igual para los que tuvieron que abandonar su tierra y cultura, ni sigue igual para los neorurales (incluso newrurals) que repueblan los más recónditos rincones, por más que ellos se afanen en resucitar el pasado.
    Quizá estos tiempos de crisis sean una oportunidad para replantearse el futuro de la vida rural, porque el pasado y el presente parecen no tener mucho arreglo.
    Saludos.

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